Si tienes jardín, el césped es la joya de la corona. Tener y mantener el césped siempre en el mejor estado no es complejo si somos constantes en su cuidado. Especialmente durante la primavera y el verano, cuando más uso hacemos del jardín, es fundamental seguir los consejos prácticos que compartimos a continuación.
Tras las bajas temperaturas del invierno, las heladas o incluso el paso de la nieve por nuestro jardín, es normal que éste llegue a la primavera bastante dañado. Y como es normal, tiene solución. Soluciones que debemos acometer ya en el principio de la primavera, comenzando por una limpieza a fondo y resembrando para evitar las calvas y recuperar la frondosidad del césped.
Abril es el mes ideal para realizar ambas acciones. A partir de este momento, el césped volverá a rebrotar y crecer con fuerza, especialmente si lo apoyamos con productos específicos como fertilizantes y abonos.
Una vez recuperada la buena forma y mejor aspecto de nuestro jardín, con la llegada del verano no podemos descuidarlo. Seguramente sea la época en la que más lo disfrutemos, y por eso mismo con las altas temperaturas, la sequía y las pisadas constantes, es un tiempo en el que sufre y necesita cuidados extra. Compartimos algunos consejos para tener un jardín perfecto.
Cómo cuidar el césped en verano:
- Imprescindible regar con regularidad, la frecuencia dependerá de la zona en la que vivas y las temperaturas. Si es necesario, también debes fertilizar.
- El mejor momento para regar es a primera hora de la mañana o a última de la tarde, de modo que el agua penetre profundamente y no se evapore por el calor.
- Durante el verano lo más recomendable es cortar el césped una vez a la semana, nunca por debajo de los 5 centímetros. En primavera por regla general puedes cortarlo cada 5 o 10 días.
- No cortes el césped cuando esté mojado, el corte podría ser más irregular y favorecer la aparición de hongos.
- Siempre que sea posible, utiliza un buen cortacésped y que esté en buen estado. Para elegirlo, ten en cuenta dos aspectos básicos:
- El tipo de terreno: valora si es llano y regular, si tiene muchas cuestas, etc.
- La superficie: te ayudará sobre todo a escoger entre un cortacésped manual o uno eléctrico, también aspectos como su potencia y ergonomía para hacer la tarea más sencilla.
Siguiendo estos sencillos pasos, seguro que conseguirás tener un césped estupendo durante todo el verano. Si tienes algún otro truco, ¡no dudes en compartirlo!
Además, si quieres que el mantenimiento sea aún más sencillo, te recomendamos instalar un sistema de riego automático por goteo o aspersión. En este artículo te contamos cuáles son sus ventajas.
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